17 octubre 2003

A qué esperar

A qué esperar que el sueño nos aturda
si , ya dormidos, pensamos en lo profundo.
A qué esperar que los amigos nos vayamos abandonando
poco a poco,
si ya asolados pensamos en lo profundo.
A qué volver, insistentes, a los atajos,
si la carrera es corta...
por algo continuo, inerte...
Y a qué añorar bienes perdidos
si el alma, cuando menos,
caerá una tarde cualquiera,
sin esperar tu estado o tu deseo,
en el reino de lo evidente

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