15 abril 2004

Condiciones condicionales

Si un vampiro nos devolviese al mundo de los espejos sin reflejo
o un centauro nos hiciese relinchar entre alas de hierba
o una sirena nos columpiase en los secretos de los mares del caribe
o un unicornio nos clavase el cuerno de la abundancia
o un hada nos platara rosas blancas de pitiminí en el pelo.
Si un fauno nos levantara su miembro aflautado
o un ogro nos mirara con su ojo y nos ahogara un aullido
o una venus nos buscara los roces de los vellos de los sexos
o una bruja nos trajese en escoba a Zeus, muerto
o un regulí nos regulase los enfados, nefandos y borrachos.
Quizá todos comprendiésemos la muerte abúlica de los dioses y los grajos.

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